Aún cuando las poblaciones de Thaumetopoea pityocampa alcanza niveles muy elevados y son capaces de defoliar intensamente los árboles, difícilmente pueden llegar a constituir una plaga forestal. A lo sumo pueden llegar a reducir los crecimientos de las plantaciones de pinos. El principal efecto negativo son los posibles daños a las personas (especialmente niños y animales) provocados por las poblaciones situadas en las cercanías de las áreas recreativas, zonas de paso con animales de compañía o lugares frecuentados por campistas. Es por tanto un problema de salud pública y no una plaga forestal. Este enfoque debe ser tenido en cuenta en la gestión de la misma.
Para controlar las poblaciones de esta especie se utilizan medios físicos, químicos y biológicos.
Los medios físicos pasan por la eliminación de los bolsones, cuando las orugas están dentro, estos se cortan, apilan e incineran destruyendo las poblaciones larvales. En el pasado se disparaba contra los bolsones (Sólo se disparaba a los de la guía principal porque era un método muy caro, los demás bolsones se cortaban y quemaban en lugares donde las larvas no pudieran enterrarse. Se les disparaba desde abajo hacia arriba colocando la escopeta en dirección paralela al tronco para no dañar a la guía utilizando cartuchos de perdigones muy pequeños llamados mostacilla). La lucha química consiste en la fumigación con insecticidas autorizados, deben aplicarse sobre las fases larvarías en los primeros estadios de desarrollo, antes que desarrollen los pelos urticantes de tercer estadio. Pueden aplicarse utilizando medios terrestres. Hasta el 15 de septiembre de 2012 se utilizaban los medios aéreos, pero estos han sido prohibidos en la U.E., y en España desde esa fecha, tras la publicación del Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre.
El principal método de lucha biológica, quizás la más efectiva considerando efectividad/esfuerzo, consiste en la utilización de feromonas para capturar en trampas a los machos adultos reduciendo las posibilidades de cópulas. Al capturar solo machos las trampas son solo eficaces con densidades poblacionales bajas. Se utilizan también para evaluar niveles poblacionales de adultos.
Los machos adultos copulan con un número elevado de hembras, por lo que las trampas de feromonas no son efectivas para reducir las poblaciones, y se utilizan para conteos de población y planificación de tratamientos. La procesionaria constituye la primera plaga forestal española, dañando seriamente la foliación, debilitando los árboles, y abriendo paso a otras plagas oportunistas. La oruga y sus pelos urticantes constituyen también un problema de salud pública, provocando no solo urticaria sino también reacciones alérgicas. La ingestión de las orugas por parte de mascotas pueden causar la muerte.
En la Península Ibérica y las Islas Baleares ataca a todos los géneros de Pinus presentes: Pino silvestre, pino piñonero, pino carrasco, pino rodeno y pino salgareño. También se la ha descrito sobre especies del género Cedrus de la Península.